Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito,
para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Él nos amó tanto que entregó la perla más valiosa por tí, por mí y por todos nosotros,
para que no nos perdamos y gracias a Jesús nosotros vivimos.
Anota:
Aceptar a Cristo.
Él siempre está tocando la puerta de tu corazón.
Él cuida de nosotros, tanto de tí como de mí.
Disponer nuestras vidas a Él, Él es nuestro alfarero y quien nos ama más que absolutamente todos.
Vivir conforme a la voluntad de Dios.
Dejar todos nuestros miedos, luchas, frustraciones y todo en manos de nuestro Señor Padre.
Romanos 10:9-13
que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado». No hay diferencia entre judíos y gentiles, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan, porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».