Oceanos National Geographic


5 de septiembre de 2010


El océano es una masa continua de agua salada que cubre más del 70% de la superficie de la Tierra. Las corrientes oceánicas rigen las condiciones meteorológicas del mundo y agitan el caleidoscopio de la vida. Los humanos dependen de estas prolíficas aguas para su comodidad y su supervivencia pero el calentamiento global y la pesca excesiva amenazan con perturbar el océano y dejarlo vacío.

Los geógrafos dividen el océano en cuatro secciones principales: el Pacífico, el Atlántico, el Índico y el Ártico. Los océanos más pequeños son denominados mares, golfos y bahías como el Mar Mediterráneo, el Golfo de Méjico y la Bahía de Bengala. Las masas independientes de agua salada como el Mar Caspio y el Gran Lago Salado son distintas a los océanos del mundo.


Los océanos contienen aproximadamente 1,35 billones de kilómetros cúbicos de agua lo que representa aproximadamente el 97% del suministro de agua de la Tierra. El agua tiene aproximadamente un 3,5% de sal y contiene rastros de todos los elementos químicos encontrados en la Tierra. Los océanos absorben el calor del sol y lo transmiten a la atmósfera y los distribuyen alrededor del mundo a través de las constantes corrientes oceánicas. Esto dirige las condiciones meteorológicas mundiales y actúa como un calentador en invierno y como el aire acondicionado en verano.

La mayoría de la flora del océano consiste en algas microscópicas llamadas fitoplancton que flota en la superficie y a través de la fotosíntesis produce aproximadamente la mitad del oxígeno que los humanos y el resto de otras criaturas terrestres respiran. Las macroalgas y las kelp son grandes algas fácilmente visibles para el ojo humano. Las plantas marinas con raíces, como las que forman las praderas marinas solo pueden sobrevivir a una profundidad a la que los rayos puedan ayudar a la fotosíntesis, aproximadamente a unos 200 metros. Aproximadamente la mitad de los océanos tienen una profundidad de más de 3.000 metros.

La vida comenzó en el océano y el océano sigue siendo el hogar de la mayoría de la fauna y la flora de la Tierra, desde diminutos organismos unicelulares a la ballena azul, el animal vivo más grande del planeta.

Los conservacionistas piden con insistencia protección internacional para proteger y reponer las menguantes existencias de peces en el océano y las reducciones de gases de invernadero para reducir el calentamiento global.