Este tipo de reptiles son carnívoros, se alimentan de pequeños anfibios, como también peces y cangrejos. En los ejemplares más grandes la dieta puede variar, desde comerse a otros cocodrilos o mamíferos más grandes hasta serpientes, tortugas y aves. Una de las costumbres que suele adoptar el cocodrilo albino es descansar debajo del agua con las fosas nasales y los ojos sobresaliendo la superficie del agua. La adaptación de sus dientes grandes y filosos, como sus fuertes mandíbulas les permiten agarrar presas y tragarlas enteras. Cuando atrapan presas demasiado grandes, que les dificulta tragarlas enteras, suelen desgarrarlas en grandes trozos sacudiendo la cabeza fuertemente o rodando con su cuerpo en forma horizontal, para después tragarla.
Las primeras crías de estos cocodrilos albinos que fueron encontradas, se distribuyeron entre zoológicos y granjas de cocodrilos. Se decía que ver un cocodrilo blanco en la naturaleza era signo de buena suerte. El color claro de estos cocodrilos no los favorecía en la naturaleza, ya que, al no poder camuflarse con su entorno, eran presa fácil de muchos depredadores. Por lo tanto, por sus características físicas no sobrevivían mucho tiempo, muchos de ellos no llegan a la edad adulta. En la actualidad es difícil encontrar esta especie albina en la naturaleza, y los pocos especímenes que hay se encuentran distribuidos entre zoológicos, criaderos de cocodrilos y reservas naturales. Se estima que solo hay unos 100 cocodrilos blancos en el mundo. El albinismo es uno de los problemas que les puede ocasionar en la vida silvestre la falta de vista, que los pone en desventaja para evitar el peligro y para alimentarse. Otro de los problemas que se les presenta es el de conseguir pareja. Con todo ello, los animales albinos salvajes son más vulnerables a los cazadores furtivos que buscan comercializarlos, por la alta demanda en el mundo de estas especies exóticas, o por el consumo de productos derivados de especies poco habituales. Afortunadamente, algunas criaturas albinas pueden sobrevivir en la naturaleza, como es el caso de las ardillas albinas que pueden verse en Illinois, Estados Unidos. La ciudad está orgullosa de ellas y alienta a sus habitantes a alimentarlas. Incluso, se ha aprobado una ley para protegerlas de los accidentes vehiculares.