El haiku es un tipo de poesía japonesa. Consiste en un poema breve de diecisiete sílabas, escrito en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente, según especialistas como R.H. Blyth o Fernando Rodríguez-Izquierdo. Sin embargo, hay quien señala una mayor variedad en el reparto de sílabas en el haiku clásico y moderno japonés, como Vicente Haya. Siendo precisos, se habla de «moras» o «jion», como unidades para medir la duración de los segmentos fonológicos, pero comúnmente se sustituyen por sílabas cuando se traducen o se escriben haikus en otras lenguas
Formales El haiku tradicional consta de 17 moras (unidad lingüística de menor rango que la sílaba) dispuestas en tres versos de 5, 7 y 5 moras, sin rima. Aunque ya se ha señalado la posibilidad de una mayor libertad en el reparto de sílabas. Excepcionalmente puede tener entre 16 y 23 moras, en cuyo caso se denomina hachô (haiku de metro roto). También hay haikus de 1, 2 o 4 versos. El haiku contemporáneo es más libre dentro de la brevedad, y en ocasiones desaparece el kigo. Sobre esta cuestión, Jaime Lorente sostiene en su trabajo de investigación "Bashō y el metro 5-7-5" que de los 1012 hokkus analizados del maestro Bashō 145 no pueden encuadrarse en el metro 5-7-5, pues son metro roto al presentar mayor número de moras [sílabas]. En porcentaje representa un 15% sobre el total. Incluso estableciendo 50 poemas que, presentando este patrón 5-7-5, podrían enmarcarse en otra estructura (debido a la colocación de la partícula "ya"), el resultado en porcentaje es muy similar. Por lo tanto, Lorente concluye que el maestro Bashō se mostró cercano al patrón tradicional.
El haiku describe generalmente los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones y la vida cotidiana de la gente. Su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez (no el simplismo), la sutileza, la austeridad, la aparente asimetría que sugiere la libertad y con esta la eternidad. En la base del haiku hay una percepción directa de las cosas, apegada a lo sensible y libre de conceptos abstractos, por lo que no usa metáforas. Blyth lo define como «una mera nada, pero inolvidablemente significativa». La piedra angular del haiku es el aware, una emoción profunda provocada por la percepción de la naturaleza. A menudo se trata de una emoción melancólica (el poeta, contagiado por el sufrimiento de los seres, siente su tristeza y de ahí nace su poesía), pero también la alegría exultante puede ser aware. Se trata de una conmoción espiritual, que es a la vez estética y sentimental. Para que el aware sobreviva a través de las palabras, es preciso que el haijin (el poeta que escribe haiku) se elimine del proceso, se extinga. En el haiku genuino se produce una comunicación análoga a la no verbal (el haragei, arte de comunicarse sin palabras), sin confusión ni ruido. El haiku, tal como se consolidó tras Bashô y Onitsura (siglo XVII), se concibe como un instrumento para el desarrollo espiritual, un camino de aprendizaje. Tras ellos, hay un antes y un después en el mundo del haiku
"Cae otro pueblo
Nace una esperanza
Eterno Ciclo"
"Mi ángel plateado
Me cuida del tifón
Vuelo del temblor"
"Templada isla
En un mar tormentuoso
Debo marcharme"
"El fin del viaje
La Respiracion baja
Manos con llagas"
"Un raro trébol
Te aleja de la muerte
Aunque nada otorga"
"Un ser reacio
Su rival invencible
El simple polvo"