El amor tiene que ser la base de la vida. Habitamos en una sociedad corrompida por la violencia y parámetros de belleza. Todo esto nos lleva a un dilema, ¿cómo puedo amar a los demás si yo no me amo?, debemos aceptarnos al mirarnos al espejo, ver nuestros defectos y virtudes como regalos divinos, son lo que nos hacen especiales y no ser copias de las demás. Cada persona tiene una luz diferente, talvez el brillo de su sonrisa o la mirada penetrante de su cara, la manera de socializar o callar en ciertos momentos, lo que muchos piensan que son sus imperfecciones terminan siendo por lo que resaltan, eso que nadie puede igualar.
Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea perfecto.