La literatura distópica, subgénero de la ciencia ficción, imagina una sociedad donde las tendencias políticas y sociales se llevan al extremo para crear una sociedad mucho más oscura, donde los ideales para las mejoras se han vuelto locos. Es una creación de un mundo de pesadilla que, a menudo, se caracteriza por una forma de gobierno autoritaria o totalitaria; presenta múltiples tipos de sistemas de control social represivos, una falta o ausencia total de libertades y expresiones individuales, y un estado de guerra o violencia constante.
En una época de percepción de abundantes desastres, acentuada por la globalización, el pesimismo y el miedo, es más factible pensar en la destrucción del sistema que en la construcción de una alternativa, de una respuesta que evite el trágico final.
De esta manera, en la última década, la distopía se ha vuelto un género de masas. Los productos culturales que muestran un futuro postapocalíptico se han multiplicado en las estanterías.