Bandari se conoce a menudo como "danza del vientre persa", contiene elementos de danzas khaleegy, también. Por la zona en la que se encuentra, tales como el lanzamiento de cabello y el paso característico pivot, son compartidos en toda el área del golfo. Es una música muy rítmica, que alterna partes lentas y rápidas y se usa preferentemente en celebraciones como bodas. Bandari se baila generalmente en grupos. Los bailarines a menudo bailan en círculo y ocasionalmente animan a un bailarín a la vez a ir al centro para un solista, para mostrar sus movimientos. Los movimientos comunes a este estilo son pequeños hombros, saltos, levantamientos y caídas de cadera, círculos de cadera, lanzamientos de pelo, dedos de mano e inclinar el torso hacia adelante y hacia atrás mientras se hacen movimientos de hombros y manos. Es un baile animado y tiene un rebote natural. La característica distintiva de este baile es la forma en que los artistas agitan sus manos de una manera única que se asemeja a la cooperación de un grupo de pescadores en el mar Los bailarines tradicionalmente usan un vestido suelto que es similar a un thobe más pequeño o un vestido suelto estilo baladi. Esto se ata con una bufanda alrededor de las caderas.
Irán es una república islámica ubicada en el golfo Pérsico. Su Constitución establece el islam como religión oficial del Estado: el 96% de su población es musulmana, mayoritariamente chiíes (rama del islam). Sin embargo, el 60% de los iraníes son persas, y hablan el persa, o farsi, una lengua que, a pesar de emplear el alfabeto árabe, tiene origen indoeuropeo. Irán es un país con gran diversidad étnica, y la mayoría persa convive con otros grupos étnicos minoritarios como los kurdos o los azeríes. Los árabes representan un 2%, son una pequeña minoría en Irán. Irán no es un país árabe: Los países árabes son aquellos en los que el idioma empleado mayoritariamente es el árabe o la etnia predominante es la árabe.
En la República Islámica de Irán, la danza es un delito punible con multas, cárcel e incluso azotes. Desde la Revolución Islámica de 1979, las reglas autoritarias represivas establecidas por la República Islámica fundamentalista y la visión del cuerpo en movimiento como un pecado y de las bailarinas como sexualmente provocativas ha condenado al ostracismo a las bailarinas.